¡Bienvenidos!

Quiero compartir con vosotros, que me visitais, mi afición a la cocina y las recetas que hago.
Si quieres mandar tu receta con gusto la publicaré, (siempre que no lleve carne entre sus ingredientes), con tu nombre y un enlace a tu página.
Hasta hace un tiempo, yo era vegetariana, pero ahora como también pescado y marisco. No estoy orgullosa de ello, así que no me lapideis.
No publicaré comentarios ofensivos hacia mí ni hacia otros.

jueves, 28 de agosto de 2008

Tortos con picadillo de soja



Para los tortos


Ingredientes:




  • 250 g de harina de maiz (como la de la foto)


  • 50 g de harina de trigo


  • agua (la necesaria)
  • sal


  • aceite de oliva


Preparación:




Se mezclan las harinas y la sal (al gusto) y se va añadiendo agua poco a poco y amasando, hasta conseguir una masa que no se pegue a las manos. Se envuelve en un paño húmedo y se deja en la nevera unas horas, o mejor hasta el día siguiente. Luego se van haciendo bolitas que se aplastan y se fríen en abundante aceite de oliva.



Para el picadillo



Ingredientes:





  • 150 g de soja texturizada gruesa


  • sal


  • 1 diente de ajo


  • pimentón dulce


  • pimentón picante


  • pimienta negra


  • salsa de soja


  • orégano
  • aceite de oliva


  • ajo en polvo


Preparación:



La víspera ponemos en remojo la soja con agua a la que añadiremos un chorro de salsa de soja, orégano y ajo en polvo. Al día siguiente, escurrimos la soja y la molemos en una batidora, sin que quede demasiado fina.



En una sartén ponemos un poco de aceite de oliva, echamos la soja y el diente de ajo muy picadito. Añadimos abundante pimentón dulce y del picante según nos guste de punto y tb la pimienta. Lo vamos removiendo sin parar, hasta que toma un bonito color rojo oscuro.
Se sirve sobre los tortos, todo calentito.



sábado, 2 de agosto de 2008

Habanna se ha ido


Hoy me he despertado con la noticia triste de que Habanna se había ido.

Habanna era la perra de Margaly, una amiga del foro vegetariano y aunque nunca la llegué a conocer en vivo, (a Habanna, sí a Margaly), aprendí a quererla a través de las fotos e historias que de ella nos contaba su amiga humana.

Habanna malvivía en un chenil pequeño para su gran tamaño, desnutrida y descuidada, cuando tuvo la suerte de que un ángel se cruzara en su camino y la rescatara de esa vida miserable. Desde ese día Habanna fue feliz, querida, mimada, cuidada y aprendió que los seres humanos también podemos ser buenos y generosos y aprendió a confiar, tan fácilmente como sólo los perros son capaces por mucho que hayan sufrido.

Habanna cruzó el puente del arco iris y allí espera a su hermana perruna Heidy, que se ha quedado también muy triste y a su amita y compañera. Allí es feliz y hace felices a otros perros que no tuvieron la suerte de conocer la alegría en este mundo nuestro.

Margaly no te va a olvidar nunca, Habanna, ni yo tampoco.

Esta historia va dedicada a tí:


EL PUENTE DEL ARCO IRIS


Hay un puente que une el Cielo y la Tierra. Se llama el Puente del Arco Iris debido a sus muchos colores.
Precisamente en ese lugar hay una tierra de prados, colinas y valles con un césped verde y frondoso. Cuando una mascota amada muere, va a este lugar. Allí hay siempre hay comida y agua suficiente y un tiempo cálido y primaveral. Todos los animales que habían estado enfermos y viejos recuperan su salud y vigor; aquellos que fueron heridos o mutilados se vuelven fuertes e intactos de nuevo, así como nosotros los recordamos en nuestros sueños de aquellos días que pasamos juntos.
Ellos juegan todo el día unos con otros. Hay comida y agua suficiente y el sol brilla, y nuestros amigos están calentitos y cómodos. Los animales están contentos y satisfechos, salvo en una pequeña cosa: ellos extrañan a alguien muy especial, a quien tuvieron que dejar atrás.
Todos ellos corren y juegan juntos, pero llega el día en que uno de ellos de repente se detiene y mira en la distancia. Sus ojos luminosos están atentos; el cuerpo entusiasmado se estremece. De pronto eres visto, y cuando tú y tu amigo especial os encontráis, lo tomas entre tus brazos y lo abrazas. Los besos de felicidad llueven en tu cara; tus manos de nuevo acarician esa cabecita tan querida, y te ves una vez más en los ojos confiados de tu mascota, tanto tiempo lejos de tu vida pero nunca ausente de tu corazón. Entonces cruzáis juntos el Puente del Arco Iris, para no separaros nunca mas...
(Anónimo)