Ingredientes:
1 l de leche (de vaca o vegetal)
200 g de harina
100 g de aceite (a mí me gusta el de girasol porque no da color ni sabor destacado)
50 g de mantequilla o margarina
sal
pimienta, nuez moscada, etc al gusto
Preparación:
En una sartén honda (que nos lleve el litro de leche) o un cazo, ponemos el aceite con la margarina y calentamos sin que se queme. Echamos la harina de golpe y removemos, dejando que se fría un poco sin dorarse, para que pierda el sabor a harina cruda.
Cuando ya esté, vamos añadiendo la leche poco a poco, removiendo con varillas para que no haga grumos. Ponemos la sal (si le ponemos nuez moscada, que sea al final) y cocemos sin dejar de remover, hasta que la mezcla se despega de las paredes de la olla.
Normalmente las croquetas llevan algún ingrediente añadido a la bechamel (aunque a mi madre y a mí nos gustan mucho de pura bechamel), entonces cuando añadimos la leche podemos poner nuestro ingrediente favorito muy picadito: champiñones, espinacas, espárragos verdes, queso o lo que se os ocurra.
Si vamos a hacer croquetas lo que yo hago es echar la bechamel tibia en una bolsa de plástico de las de congelados, cortar un pico (no mucho o saldrán enormes) e ir apretando y haciendo tiras sobre una bandeja espolvoreada de harina. Meto la bandeja a la nevera y al día siguiente, corto trozos que serán cilíndricos, los paso por harina para retocar la forma, luego por huevo batido, pan rallado y a la sartén.
Podemos hacer mucha cantidad y congelarlas ya rebozadas, eso sí, deben estar extendidas hasta que estén duras, luego ya podemos ponerlas amontonadas en una bolsa. Luego, cuando las necesitemos, las freímos congeladas y nos sacan de cualquier apuro.
1 l de leche (de vaca o vegetal)
200 g de harina
100 g de aceite (a mí me gusta el de girasol porque no da color ni sabor destacado)
50 g de mantequilla o margarina
sal
pimienta, nuez moscada, etc al gusto
Preparación:
En una sartén honda (que nos lleve el litro de leche) o un cazo, ponemos el aceite con la margarina y calentamos sin que se queme. Echamos la harina de golpe y removemos, dejando que se fría un poco sin dorarse, para que pierda el sabor a harina cruda.
Cuando ya esté, vamos añadiendo la leche poco a poco, removiendo con varillas para que no haga grumos. Ponemos la sal (si le ponemos nuez moscada, que sea al final) y cocemos sin dejar de remover, hasta que la mezcla se despega de las paredes de la olla.
Normalmente las croquetas llevan algún ingrediente añadido a la bechamel (aunque a mi madre y a mí nos gustan mucho de pura bechamel), entonces cuando añadimos la leche podemos poner nuestro ingrediente favorito muy picadito: champiñones, espinacas, espárragos verdes, queso o lo que se os ocurra.
Si vamos a hacer croquetas lo que yo hago es echar la bechamel tibia en una bolsa de plástico de las de congelados, cortar un pico (no mucho o saldrán enormes) e ir apretando y haciendo tiras sobre una bandeja espolvoreada de harina. Meto la bandeja a la nevera y al día siguiente, corto trozos que serán cilíndricos, los paso por harina para retocar la forma, luego por huevo batido, pan rallado y a la sartén.
Podemos hacer mucha cantidad y congelarlas ya rebozadas, eso sí, deben estar extendidas hasta que estén duras, luego ya podemos ponerlas amontonadas en una bolsa. Luego, cuando las necesitemos, las freímos congeladas y nos sacan de cualquier apuro.
3 comentarios:
Ok Doña Sasky ... queda anotada .. el sábado me preparo el platillo completo ... Gracias de nuevo!
Saskia, la leche tu la pones en caliente o fria.
Veras toda la vida me salieron perfactas asi como las haces tu, pero de un tiempo a esta parte me quedan muy claras.
Pues la pongo fría.
A lo mejor el problema es la harina ¿has cambiado de marca? No se me ocurre que otra cosa pueda ser.
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