¡Bienvenidos!

Quiero compartir con vosotros, que me visitais, mi afición a la cocina y las recetas que hago.
Si quieres mandar tu receta con gusto la publicaré, (siempre que no lleve carne entre sus ingredientes), con tu nombre y un enlace a tu página.
Hasta hace un tiempo, yo era vegetariana, pero ahora como también pescado y marisco. No estoy orgullosa de ello, así que no me lapideis.
No publicaré comentarios ofensivos hacia mí ni hacia otros.

domingo, 15 de julio de 2007

Garbanzos con espinacas y mijo, en vinagreta de zanahorias





Ingredientes (para 2 personas):


1 tacita Garbanzos secos (o 1 bote de garbanzos cocidos)


media cebolla


1 diente de ajo


1 zanahoria


1 tacita de mijo


media bolsa de espinacas crudas listas para usar


sal


1 pastilla de caldo vegetal


aceite de oliva


vinagre


Preparación:


Cocemos en abundante agua los garbanzos secos con la media cebolla, la zanahoria y un diente de ajo. Le ponemos también la pastilla de caldo y algo de sal.


Cuando están listos los escurrimos y reservamos el caldo y las verduras, que ponemos en un plato ya que las vamos a usar para hacer la vinagreta.


En el caldo cocemos el mijo (si usamos garbanzos de bote, cocemos el mijo en agua con los ingredientes añadidos que puse arriba para la cocción de los garbanzos). Cuando esté listo lo escurrimos y reservamos un par de tacitas de caldo.


Cuando los garbanzos y el mijo están tibios, picamos las espinacas y lo mezclamos todo en un bol.


Ponemos en el vaso de la batidora la zanahoria, cebolla y ajo que reservamos, añadimos un buen chorro de vinagre y batimos, añadiendo aceite poco a poco como para una mayonesa y si queda muy espeso aligeramos con el caldo que reservamos. Lo echamos sobre los garbanzos con el mijo y las espinacas y servimos.



sábado, 14 de julio de 2007

El cerdo de mi vecino

Cuando despresó a su cerdo, como un artista moderno, en un montón de pedazos desconectados, con la perfección y la alegría que ponen los paranoicos en sus trabajos, y repartió los trozos sobre los poyos de la cocina y las mesas preparadas, y colgó como banderas las tripas en los alambres de su patio, empecé a sentir este miedo de mi vecino.
Me produce este espanto la amabilidad que a veces derrocha al saludarme.Me apresuro a extenderle mi mano, adulón, para estar seguro de que no trae en la suya el artero cuchillo que le sirvió para perforar el pobre marrano. Y le sonrío. Para mostrarle los dientes. Y que entienda que yo también tengo con qué defenderme. No por expresarle la buena voluntad que ya no me inspira.
Algo se quebró entre nosotros desde que lo vi apuñalar sin asco al mismo que había alimentado con esmero, con lo mejor de su basura de tubérculos y tusas de mazorcas. Para el que construyó el corral agradable donde no golpeaba el viento, con un chorro de agua fresca en cuya instalación ayudó a su jardinero con sus propias manos. Jamás olvidaré los gritos de la criatura áspera, cuya sonrisa cambió mi vecino por el rictus de la impotencia de una víctima de una traición inesperada. Y le encimó una cómica manzana entre los dientes, para completar la impiedad y la burla. Ya no voy a olvidar el gesto de decepción en la trompa del inocente cochino, dorado por las artes de culinario del suegro de mi vecino, de poco fiar también. Cómo pataleaba contra el cielo el pesado cuadrúpedo. Cómo berreaba por la clemencia de un día mientras mi vecino escarbaba en su corazón engordado adrede. Un chorro de sangre negra y caliente saltó de la herida bajo la punta de su cuchillo de acero perfeccionado en el esmeril como un poema de Petrarca.
Jamás sospeché que mi vecino poseyera esas aptitudes para matar como un experto. No puedo marchar a los tambores de mi vecino fabricados con las vejigas templadas de sus amistades. Nadie puede guardar nada honorable en una bolsa hecha con el pellejo de un amigo. Cómo entenderse con alguien que muestra con orgullo una fotografía tomada en el chiquero, un minuto antes de poner bocarriba a su huésped en el altar de piedras de su finca sembrada de durazneros y rosales. Me hacen falta para ser feliz los gruñidos de bajo de la trompa rastrera, la meditación de su música, la seriedad del cerdo mientras reburujaba como un filósofo bajo las apariencias. Su manera ejemplar de comer con la resignación, el agradecimiento y la honradez de uno para nada más nacido, sin otras ilusiones que gozar de su pantano. Pesa la ausencia de su beso en el suelo húmedo como si hozara en un cielo de estrellas descompuestas. Lo entristece todo el recuerdo de la mirada de sus ojos grises, llena de preguntas sepultadas en densas capas de empellas, capones y papadas.
Hay un aire trágico en el chiquero. Un fantasma golpea la puerta oxidada. El cielo reclama la sangre sacrificial. Mi vecino se negó a pagar el tributo debido a la naturaleza que sustentó sus jamones y la guardó en vasijas el avaro, para embutir morcillas con el mismo arroz que hizo parte del rito de su boda. El silencio de cargos chorrea sobre mi vecino, bellaco empedernido, capaz de regalar su gula de cumpleaños con las lonjas de un prójimo. Y sigue tan campante. Ya sé lo que significa traicionar. Mejor que cuando leí Macbeth. Mi vecino no es el mismo para mí. Hasta su sombra ha cambiado después de matar al que cuidaba, por el que se preocupó con sinceridad evidente. He dejado de creer del todo en sus palabras de afecto.
Cómo estás, me pregunta. Y me echo a temblar de miedo de ser encontrado a punto para el juicio ridículo y el grave holocausto. No puedo poner una cruz en un chiquero ajeno. Entonces, celebro con este epitafio la memoria del justo, el recuerdo del que mimaron como a un hijo, sabiendo para qué lo querían, que estaba invitado a una fiesta desdichada, que tenía los días contados. Y que no mereció siquiera la gracia de una fosa decente. Porque lo sembraron en las fetideces del vientre apestoso, lleno de pliegues de dobles intenciones, de mi vecino, su rubia, robusta y ruidosa mujer, y su melindroso suegro y sus hijos. Y lo privaron del privilegio de reposar en el seno de la tierra y descomponerse en paz.Pues después de ser repartido como una túnica y devorarlo a dos carrillos, lo bautizaron con ron póstumo y con galones de cerveza. Y quién descansa cuando su tumba canta, repite sandeces como una loca, cuenta chistes obscenos entre hipos y eructos, golpea el mundo como una piedra y rueda por el piso sin nobleza. Era como si buscaran, los corrompidos, aturdir en alcohol el remordimiento, el sentimiento de la negra ingratitud. Tengo suficientes motivos para recelar de mi vecino. Para escurrirle el bulto a sus halagos. Si no fue fiel con el que trajo a su granja de brazos, cuando era un bebé de pelambre rojiza y ralas pestañas de puntas cenicientas y además le costó dinero, no tiene por qué ser diáfano conmigo cuando me agasaja. También acariciaba el lomo del otro con generosidad. Ya sé que sus ternuras pueden pervertirse sin aviso.
Si toca, díganle que no estoy. Esperaré debajo de esta cama hasta que se vaya.
Ayer me dijo con aire indescifrable:-Te ves saludable estos días.
Y agregó, cantarino:-Veo que estás aumentando de peso.
Y temo que venga de un momento a otro con su cuchillo.

Texto de: Eduardo Escobar (poeta colombiano)

Este texto estaba en este foro http://www.forovegetariano.org/foro/showthread.php?t=2077 y me pareció tan acertado, que quise reproducirlo aqui.

martes, 10 de julio de 2007

Quiche de verduras



Ingredientes:

200 cc de nata (sirve la de cocinar o la de montar)

3 huevos

2 cdas (soperas) de Maizena

1 cta de café de sal

1 frasco de macedonia de verduras en conserva

100 g de champiñones en láminas

150 g de queso mozzarella o emmental rallado

nuez moscada

Preparación en panificadora:

Con pala de amasar:

Todo a la cubeta en el orden en que están escritos los ingredientes. Programa de pan superrápido (en la Breadman es el nº 11).

Preparación de forma convencional:

Batimos los huevos con la nata, la Maizena, la sal y la nuez moscada. Añadimos las verduras, los champiñones y el queso y mezclamos bien. Ponemos en un molde de cake engrasado la mezcla y metemos al horno 180º hasta que esté cuajado.

sábado, 7 de julio de 2007

Tarta de Ricota (enviada por Ariel)

Ingredientes:
MASA:
350 grs. de harina comùn
2 yemas
1 cdita. polvo de hornear
150 grs. azùcar impalpable
150 grs. manteca
agua o leche para ligar la masa.
RELLENO:
500 grs. ricota
4 yemas y 1 huevo entero
100 grs. azùcar
ralladura de 1 naranja o limòn
1 huevo para pintar y azùcar impalpable para espolvorear.
Preparado:
Tamizar la harina con el polvo de hornear en forma de corona, en el centro poner la manteca, el azùcar, las yemas y el agua o leche,para tomar una masa tierna, sin trabajarla demasiado.Refrigerar 30m.
Mezclar todos los ingredientes del relleno. Estirar las 2/3 partes de
la masa en forma redonda algo más grande que el molde, trabajando sobre una tablita más grande que el molde. Poner el molde (enmantecado y enharinado) dado vuelta sobre la masa estirada, asi al dar vuelta todo la masa "caera" sobre el molde, forrandolo perfectamente (en un molde tartero de 26 cm redondo sale perfecto). Rellenar.
Estirar el resto de la masa y tapar el pastel haciendo tiritas. Pintar con huevo y hornear a temperatura moderada (180º). Enfriar antes de desmoldar. Espolvorear con azùcar impalpable.

Autor Ariel http://earth-city.blogspot.com/